Para aquellos que no lo sepan, el halibut es un tipo de pez plano que se encuentra en el norte del Océano Pacífico y es particularmente abundante en Alaska. Pueden crecer a tamaños masivos, y algunos pesan más de 500 libras.
Para pescar un pez de este tamaño, sabía que necesitaba el equipo adecuado y un poco de suerte. Usé una caña de pescar y un carrete de alta resistencia, junto con una variedad de señuelos para atraer a los peces. Después de una espera paciente y un poco de reposicionamiento, finalmente sentí un tirón en mi línea.
La pelea fue intensa, con los peces tirando con fuerza y poniendo a prueba mi fuerza y resistencia. Pero estaba decidido a traerlo, y después de varios minutos de ida y vuelta, logré sacarlo a la superficie.
Mientras subía el pez al bote, no podía creer su tamaño. Era, con mucho, el halibut más grande que jamás había pescado. El siguiente paso fue limpiarlo y prepararlo para cocinar, que es algo que siempre hago yo mismo para asegurar la comida más fresca y sabrosa posible.
Después de filetear el pescado, decidí hacer un plato de halibut simple pero delicioso. Sazoné los filetes con sal, pimienta y un poco de jugo de limón, luego los doré en mantequilla hasta que se doraron.
El resultado fue increíble. El halibut estaba escamoso y húmedo, con un rico sabor a mantequilla que combinaba perfectamente con una guarnición de verduras asadas. Fue una comida para recordar y de la que hablaré en los años venideros.